Introducción
La obstrucción intestinal por adherencias a injertos vasculares es infrecuente, aunque ha sido documentada[1]. Debido a su infrecuencia, presentamos el caso de un paciente con obstrucción intestinal a un injerto vascular de bypass aortobifemoral.
Casos Clínicos
Varón de 65 años con antecedentes de hipertensión arterial y fibrilación auricular en tratamiento con apixaban. Entre sus cirugías previas destacaban: bypass aortobifemoral con prótesis de dacron mediante laparotomía media hace 18 años y sigmoidectomía laparoscópica hace un año por un adenocarcinoma colorrectal estadio IIIB, recibiendo adyuvancia con 8 ciclos de FOLFOX, y actualmente libre de enfermedad.
El paciente acudió a Urgencias por un cuadro de dolor y distensión abdominal de dos días de evolución, asociado a náuseas y estreñimiento. En la exploración física presentaba un abdomen distendido, doloroso a la palpación profunda en fosa ilíaca izquierda sin signos de irritación peritoneal. En la analítica no se evidenciaron hallazgos patológicos. En la tomografía computarizada abdominal (Figura 1) se apreció un asa de íleon adherida a la prótesis de dacron del bypass aortobifemoral que ocasionaba un cuadro obstructivo.
Se intervino mediante laparotomía media donde se puso de manifiesto un cambio de calibre en íleon distal secundario a adherencias firmes con la prótesis de dacron, sin signos de sufrimiento intestinal ni fistulización. Tras realizar adhesiolisis, el paciente evolucionó favorablemente sin complicaciones.
Discusión
La causa más común de obstrucción intestinal son las adherencias secundarias a cirugías previas, representando alrededor del 60-75% de los casos[2].
A su vez, la aparición de adherencias en la cavidad peritoneal requiere la coaptación de dos superficies de peritoneo dañadas o de una superficie y el epiplon. Para que aparezcan dichas adherencias, ha de ocurrir una anormal persistencia del gel de fibrina propio del proceso de cicatrización peritoneal. Además, la magnitud del daño peritoneal, la presencia de cuerpos extraños, sangre y otros fluidos orgánicos pueden condicionar tal persistencia[3].
A pesar de los avances endovasculares, el bypass aortofemoral sigue siendo la opción más duradera para la enfermedad oclusiva aortoilíaca. Sin embargo, la obstrucción intestinal se ha documentado en el 7,5% de los pacientes sometidos a laparotomía, pudiendo requerir intervención quirúrgica el 4,6% de los casos[4]. Por otro lado, en la reparación de aneurisma de aorta abdominal mediante laparotomía, el porcentaje de obstrucción intestinal puede elevarse al 13,6%[5].
En conclusión, las adherencias de intestino delgado a un injerto vascular deben sospecharse en pacientes con cirugía vascular previa y cuadro de obstrucción intestinal.